Ventilación forzada para evitar las humedades por condensación

En la actualidad, existen diversos tratamientos para el control de los diversos tipos de humedades. Entre estos se encuentra la ventilación forzada para evitar las humedades por condensación, la cual puede ser efectiva en las viviendas.

En Novanor como empresa especialista en el control y eliminación de todo tipo de humedades te traemos este post en el que exploramos un poco más sobre su efectividad, características y beneficios. Además, ponemos a tu alcance el mejor tratamiento contra las humedades por condensación garantizado, para brindarte soluciones definitivas a este tipo de inconvenientes.

¿En qué consiste la ventilación forzada para humedades por condensación?

El sistema de ventilación forzada para humedades por condensación consiste en introducir aire del exterior hacia el interior de una vivienda, lo cual permite renovar el aire y reducir la humedad ambiental.

Algunos sistemas de ventilación forzada utilizan diversos equipos que introducen el aire del ambiente externo hacia el interior de la casa, lo que ayuda a prevenir la condensación y la formación de moho.

Dicho lo anterior, la técnica de ventilación forzada puede ser especialmente útil en viviendas donde hay un problema de condensación debido a una alta humedad ambiental. Al renovar el aire en las estancias donde se produce este problema, se puede reducir la humedad y evitar la formación de moho.

Sin embargo, es importante asegurarse de que el sistema de ventilación esté dimensionado correctamente y cumpla con las normativas correspondientes.

Para combatir la humedad por condensación, que suele afectar tanto paredes como techos en los hogares, en Novanor contamos con una variedad de tratamientos especializados como Thercam, Celglas, Central Elite Nova y (CEN) de caudal variable.

Con estos sistemas, nos aseguramos de eliminar las humedades en cualquier área específica de tu vivienda, garantizando que no vuelvan a surgir en el futuro.

Tipos de ventilación forzada

La ventilación forzada puede ser de los siguientes tipos:

1. 1. Sobrepresión: Introduce aire fresco a mayor presión que el aire interior, lo que obliga al aire húmedo a salir por las rejillas de ventilación.
2. 2. Depresión: Extrae aire húmedo del interior creando una presión negativa, lo que atrae aire fresco del exterior a través de las entradas de aire.
3. 3. Controlada: Es el más complejo de los tres, puede combinar los anteriores, y es usado generalmente en espacios de mayor tamaño.

Clasificación de los sistemas de ventilación forzada controlada

Los sistemas de ventilación forzada que se utilizan para evitar la condensación se clasifican en dos categorías:

Sistemas de simple flujo:

Son aquellos que introducen el aire directamente desde el exterior, y se dividen en:

1. 1. Sistemas de simple flujo autorregulables: Cuentan con entradas de aire y bocas de extracción que transforman automáticamente la superficie de paso del aire de acuerdo a la función de la presión que el mismo posea.
2. 2. Sistemas de simple flujo higrorregulables: Cuentan con entradas y bocas de extracción con superficies que cambian automáticamente de acuerdo a la humedad del sitio en el que se encuentran.

Sistemas de doble flujo:

Son más complejos, pero más beneficiosos. Destacan equipos como:

1. 1. Recuperadores de calor (HRV): Se trata de sistemas más complejos y costosos que los de simple flujo, pero son más eficientes. Permiten extraer el aire viciado del interior de la vivienda y lo intercambian con aire fresco del exterior. El HRV recupera el calor del aire viciado y lo transfiere al aire fresco, contribuyendo al ahorro de energía en calefacción.
2. 2. Unidades de tratamiento de aire (UTA): Son los sistemas más completos y sofisticados. Además de extraer el aire viciado e introducir aire fresco, las UTA también pueden filtrar el aire, controlar la humedad y la temperatura, e incluso eliminar contaminantes como el polen y el polvo.

La elección del equipo de ventilación forzada adecuado para tu vivienda dependerá de varios factores, como el tamaño de la misma, el nivel de humedad, el presupuesto disponible y las necesidades específicas de los ocupantes. En todo caso, resulta importante consultar con un profesional especializado para que brinde la asesoría sobre la mejor solución para su caso.

Recordemos que existen diferentes sistemas de ventilación forzada, como la ventilación por sobrepresión, que consiste en introducir aire del exterior en la vivienda para empujar el aire cargado de humedad hacia el exterior. Estos sistemas pueden renovar el aire de una vivienda varias veces al día, lo que ayuda a mantener un ambiente más seco y evitar las humedades por condensación.

¿Cómo funciona la ventilación forzada?

1. 1. Extrae aire húmedo del interior: Los ventiladores extraen el aire cargado de humedad de las zonas donde se produce más condensación, como baños, cocinas y lavaderos.
2. 2. Introduce aire fresco del exterior: Al mismo tiempo, se introduce aire fresco del exterior, que suele ser más seco y frío.
3. 3. Reduce la humedad relativa: Al mezclar el aire interior con aire fresco seco, se reduce la humedad relativa dentro de la vivienda.
4. 4. Evita la condensación: Al reducir la humedad relativa, se evita que el vapor de agua presente en el aire se condense en superficies frías como paredes, ventanas y techos.

Eficacia de la ventilación forzada

La eficacia de la ventilación forzada para evitar las humedades por condensación depende de varios factores, como:

• Diseño del sistema: El sistema debe estar correctamente diseñado y dimensionado para extraer la cantidad adecuada de aire húmedo de cada zona.
• Instalación: La instalación debe ser realizada por profesionales para garantizar el correcto funcionamiento del sistema.
• Mantenimiento: El sistema debe tener un mantenimiento regular para asegurar que los filtros estén limpios y los ventiladores funcionen correctamente.
• Hábitos de uso: Es importante ventilar la vivienda de forma natural siempre que sea posible, complementando así la ventilación forzada.

Beneficios de la ventilación forzada

• Eficaz contra la condensación: Reduce significativamente el riesgo de formación de moho, hongos y otros problemas asociados a la humedad, ya que ayuda a eliminar el exceso de humedad del aire, reduciendo el riesgo de condensación en las paredes, techos y ventanas.
• Mejora la calidad del aire: Elimina los contaminantes y olores del aire interior, creando un ambiente más saludable, reduciendo el riesgo de problemas respiratorios, alergias y otros problemas de salud.
• Eficiente energéticamente: Los sistemas de ventilación forzada con recuperación de calor (HRV) pueden ayudar a ahorrar energía en calefacción. Al recuperar el calor del aire viciado, el HRV reduce la necesidad de utilizar sistemas de calefacción convencionales.
• Versátil: Se puede adaptar a diferentes tipos de viviendas y espacios.
• Aumenta el confort: Un ambiente con un nivel de humedad adecuado es más confortable para las personas. La ventilación forzada ayuda a mantener un nivel de humedad óptimo en la vivienda, lo que aumenta el confort de sus habitantes.

Desventajas de la ventilación forzada

• Costo de instalación: La instalación de un sistema de ventilación forzada puede resultar costosa, especialmente en viviendas ya construidas.
• Consumo de energía: Aunque los sistemas modernos son eficientes, siguen consumiendo energía.
• Ruido: Los ventiladores pueden generar ruido, particularmente si no están instalados adecuadamente.
• Mantenimiento: Requiere un mantenimiento regular para funcionar correctamente.

Es importante tener en cuenta que la ventilación forzada no es la única solución para evitar las humedades por condensación en viviendas y otros espacios.

Si en tu hogar aparecen problemas de humedad por condensación en paredes o techos, en Novanor contamos con soluciones como Central Elite Nova, que se adapta a cada caso para eliminar la humedad de forma eficaz y evitar que vuelva a surgir.

¡Asegura una solución definitiva con la ayuda de un especialista en humedades, como el equipo de Novanor!